Hay personas capaces de cambiar el rumbo de la historia gracias a su valor, su determinación y su entrega a una causa. José Matías Delgado fue una de esas personas, recordado por todo El Salvador como uno de los héroes que llevaron al país a la independencia, si bien sus posturas cambiaron desde su inicio como facilitador de las leyes españolas. Una figura controvertida que desde luego da mucho que hablar, pero que tiene una importancia indispensable en la historia no solo de El Salvador, sino de toda Centroamérica.
Delgado supo conseguir que todo el estado se mantuviera unido, aunque eso sí, tuvo que luchar mucho con ello hasta su muerte, en 1832, años antes de ver cómo El Salvador se proclamaba como estado independiente tras la fallida aventura de la República de Centroemérica. Un hombre culto, avispado y valiente que supo entender el papel preponderante que habría de tener en la historia de su territorio.
Una infancia dentro de una familia de descendencia española
José Matías Delgado nació en el seno de una familia acomodada de la capital, El Salvador. Su padre era descendiente de uno de los primeros soldados en llegar al continente, procedente de Burgos, y su madre tenía también ascendencia guatemalteca y mexicana. Su progenitor era alcalde y regidor de la ciudad, por lo que seguramente Matías no pasó muchos apuros económicos. Se sabe poco de esa etapa de su vida, aunque en algunos textos se le describe como un niño correcto, obediente y muy educado, algo que perfeccionaría poco después, a su llegada al Colegio Tridentino de Guatemala, país en el que pasaría prácticamente toda su juventud.
Sus años de educación en Guatemala
Tras licenciarse en el Colegio Tridentino siguió su educación en la Universidad de San Carlos Borromeo, todavía con mucha influencia de la iglesia. Tras haber logrado ser pasante en leyes en el anterior centro, en la universidad se dedicó a estudiar leyes canónicas así como teología moral, centrándose ya en su carrera dentro de la vida clerical. En 1794, cuando solo le restaba un año para llegar a ser Doctor en Cánones, pidió una excedencia al propio Rey Carlos IV para que le permitiese terminar sus estudios antes de lo previsto y volver a El Salvador, donde quería ordenarse como sacerdote. Allí se mantuvo durante década y media, colaborando con sus labores eclesiásticas en la reconstrucción de templos, por ejemplo, y ganándose el afecto de sus feligreses.
¿Cómo fue su participación en los movimientos independentistas de Centroamérica?
Fue en 1811 cuando los primeros levantamientos secesionistas tomaron fuerza en El Salvador, influenciados por los sucesos de la Revolución francesa y la independencia de los Estados Unidos. José Matías Delgado siempre ha sido considerado como una de las figuras prominentes de ese primer grito de independencia, que sin embargo fue sofocado poco después por el cambio de rumbo en la política española, gracias a la recuperación del país y a la Constitución de 1812, de la que Delgado se declaró entusiasta. Tras diversos vaivenes políticos en España, Delgado salió del parlamento y volvió a entrar en 1820, ya con otra idea en la cabeza: la de la independencia total del imperio, para formar una gran coalición de estados en Centroamérica, en igualdad, y no como entonces, donde Guatemala parecía ostentar buena parte del poder.
Su elección como presidente de la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América
Después de años de disputas, en 1824 por fin se declara la República de Centro América, con total independencia del imperio español. Delgado tuvo siempre un papel preponderante dentro de este movimiento, aunque es cierto que también llevó a cabo algunas acciones para favorecer a su propio territorio, El Salvador, frente al dominio todavía eclesiástico que llegaba desde Guatemala. Con el paso de los años, en 1832, fue elegido como presidente dentro de la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América, gracias al gran prestigio que había recogido en su vida pública. Sin embargo, su salud ya renqueaba y no tardaría mucho en fallecer en El Salvador, meses después de su designación.
Su papel determinante en la solución pacífica de la Primera Guerra Civil de la región
La situación dentro de la región cetroamericana no era ni mucho menos perfecta con la creación de aquella Asamblea Constituyente de las Provincias, y prueba de ello fueron los constantes levantamientos, que el propio Delgado sufriría en sus carnes hasta su muerte. Años antes, su participación en el conflicto de la Primera Guerra Civil en la región fue predominante para que este se terminase con una solución pacífica y relativamente amistosa entre los dos bandos, después de miles de muertos en el conflicto. Ese papel conciliador y autoritario a la vez le acompañó toda su vida y le hizo ganarse el prestigio de sus compatriotas.