Pocas cosas hay más relajantes que tomar un baño con toda la tranquilidad del mundo, dejando que el estrés acumulado se vaya por el desagüe mientras cerramos los ojos, rodeados por un ambiente de calma y relax, y nos permitimos el capricho de desconectar de todo sumergidos en el agua a la temperatura ideal. Los baños relajantes suelen ser una alternativa magnífica para muchas personas que normalmente sufren de estrés y cansancio acumulado, y que deben buscar el momento de parar para no caer en el desánimo total. Más allá de todo lo que supone el baño y el ambiente relajante, con luces bajas y música tranquila, hay otro elemento que puede ayudar a que el relax sea aún mayor: las sales de baño.
Son sustancias inorgánicas que se parecen mucho a la sal, y por eso toman ese nombre. Se utilizan normalmente para producir un efecto relajante sobre la piel, e incluso hay algunas que intentan imitar el beneficio de las aguas termales. Pueden tener también olor y ayudarnos a concentrarnos precisamente en ese detalle para dejar la mente en blanco y olvidarnos de todo lo demás que nos pueda preocupar. Son el aliado perfecto para esos baños relajantes que nos tomamos, y para muchos, una alternativa ideal e irrenunciable para disfrutar de un rato de relax en la bañera. Si todavía no las has probado, aquí encontrarás más información sobre sus usos y beneficios, que seguramente te sorprenderán.
Beneficios de las sales de baño
Podrás pensar que simplemente echando un poco de esta sustancia en el agua no vas a notar ningún efecto relajante real en tu cuerpo a la hora del baño. Y sin embargo, estas sales poseen no solo ese efecto de poder ayudarnos a dejar la mente en blanco, por su exquisito olor, por la manera en la que se adhiere también a nuestra piel, funcionando incluso como desintoxicante… Podríamos aludir a ellas como un ingrediente mucho más beneficios para el baño relajante, que aporta magníficos beneficios a nuestra piel y a nuestro organismo en general. Bañarnos con sales de baño nos ayudará a mejorar nuestra circulación y a dejar nuestra piel perfecta, y suele ser una de las mejores alternativas para antes de cualquier tratamiento corporal.
Cómo se usan las sales de baño
Estas sales se están volviendo cada vez más populares ya que gracias a sus efectos beneficiosos sobre nuestro cuerpo, cada vez son más los que tratan de probarlas. Lo cierto es que no tiene mucho misterio, y usarlas es bastante sencillo. Solo tendremos que llenar la bañera de agua y echar estas sales, en una porción suficiente, que suele ser la que viene en una bolsa pequeña, para que el agua absorba todas esas sales y luego eso llegue a nuestro cuerpo. Lo cierto es que las sales cambian la osmosis del líquido en el que se diluyen, en este caso el agua, dotándolo de unas características diferentes y haciendo que el momento de disfrutar del baño sea especialmente relajante por las propiedades que las sales han aportado desde que han sido incluidas en la “ecuación”. Debes estar al menos unos diez minutos en contacto con esa agua para que el efecto sea notorio.
Dónde comprar sales de baño
La popularidad de las sales de baño ya está llevándolas a casi cualquier tienda o gran almacén, así que no suele ser complicado encontrarlas en cualquier barrio o población. Por supuesto, hay tiendas especializadas en la venta de este tipo de productos. Son muy fáciles de encontrar, en una variedad enorme de olores y propiedades, en las tiendas de cuidados cosméticos, por ejemplo. Su precio, además, suele ser razonable para tratarse de un “tratamiento” que podemos llevar a cabo en casa y que nos ayudará no solo a relajarnos sino a conseguir que nuestro cuerpo esté mejor hidratado, con una piel más suave y brillante. Evidentemente, no es para tomar baños de sales todos los días, aunque tampoco pasaría nada por hacerlo, pero sí para disfrutar de uno cada semana, para quitarnos de encima ese estrés que podamos ir acumulando.
Sales de baño relajantes
Una de las principales propiedades y funciones de las sales de baño es su efecto relajante sobre nuestro cuerpo y nuestra piel. Ya sea por el aroma que las acompaña, o por la propia fórmula que hace que humecte nuestro cuerpo, sus efectos se sienten casi al instante. El cuerpo, al entrar en contacto con esos minerales disueltos que esta sustancia contiene, metido en el agua caliente, se relajará por completo liberando las toxinas que pueda tener y sobre todo, abriendo los poros y permitiendo que la temperatura se ajuste a la de nuestro cuerpo para que tengamos un punto de relajación automático en ese momento. La relajación muscular se acompaña con la propia relajación mental, que es indiscutible cuando tomas un buen baño con sales, especialmente si son buenas.
Espuma y sales de baño
Los baños relajantes no tienen que ver solo con las sales, sino también con la espuma. Hay gente que disfruta muchísimo llenando la bañera y creando ese efecto jabonoso que casi cubra por completo la superficie del agua. La espuma puede ser también relajante, si está preparada con un jabón especial, ya sea aromático, como las sales, o simplemente relajante. Y claro, estarás pensando, ¿se pueden combinar las sales y la espuma para crear el baño relajante perfecto? Pues efectivamente, ambos productos son compatibles por completo y nos permitirán disfrutar de un baño verdaderamente inolvidable, que nos quitará por completo el estrés y nos relajará para dormir adecuadamente. Eso sí, hay que tener cuidado con los baños de espuma porque si hacemos demasiado, luego cuesta hacerla bajar.